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¿Cómo calentar antes de correr? Activa tu cuerpo antes del primer kilómetro
El calentamiento previo a correr es una de las fases más importantes, pero también una de las más ignoradas por corredores aficionados. Realizar una rutina adecuada antes de cada sesión mejora el rendimiento, previene lesiones y favorece la adaptación del cuerpo al esfuerzo. Ya sea para entrenamientos suaves o exigentes, saber cómo calentar antes de correr ayuda a sostener una práctica más segura y eficiente.
Este artículo explica paso a paso en qué consiste un buen calentamiento, cuáles ejercicios conviene incluir, cómo usar los estiramientos previos de forma adecuada y qué estructura seguir según el tipo de entrenamiento. También encontrarás recomendaciones prácticas aplicadas en espacios como los entrenamientos de la media maratón de Bogotá, donde el trabajo previo forma parte integral del proceso de formación para corredores.

¿Por qué el calentamiento prepara el cuerpo para correr de forma segura?
El calentamiento es la base para correr de forma segura y eficiente. Esta fase representa la transición entre el reposo y el esfuerzo físico, y activa gradualmente los sistemas del cuerpo que intervienen en el movimiento. Adicionalmente, aumenta la temperatura muscular, mejora la movilidad y facilita que el flujo sanguíneo se dirija a los grupos musculares involucrados, lo cual optimiza el rendimiento y disminuye el riesgo de lesiones.
Además de su función fisiológica, el calentamiento tiene un valor preventivo. Al realizar una rutina previa a correr, el cuerpo se adapta mejor al impacto, se reducen las tensiones musculares y se previenen las molestias típicas como tirones o sobrecargas. Esta preparación también activa la conciencia corporal haciendo que el corredor esté más atento a su técnica, su postura y su ritmo. Todo esto se traduce en un menor riesgo de lesiones y en una mayor capacidad de sostener el esfuerzo planificado.
En términos de duración, un calentamiento eficaz puede tomar entre 10 y 15 minutos, dependiendo del tipo de sesión y del entorno. No es necesario que sea una rutina larga, pero sí debe ser específica y estructurada. Si el entrenamiento del día incluye velocidad o cambios de ritmo, el calentamiento debe enfocarse en activar fibras rápidas y preparar el sistema neuromuscular; si se trata de un trote largo a un ritmo estable, bastará con ejercicios de movilidad general y progresiones suaves de carrera.
La inclusión sistemática de esta fase es una práctica promovida en espacios como los entrenamientos de la media maratón de Bogotá, donde se educa al corredor sobre cómo preparar su cuerpo de forma efectiva desde el primer minuto. Incorporar el calentamiento como parte fundamental del entrenamiento no solo mejora el rendimiento, sino que también construye hábitos sostenibles a largo plazo.

Calentamiento dinámico: cómo aplicar una activación eficiente
El calentamiento dinámico se ha consolidado como la forma más efectiva de preparar el cuerpo antes de correr. A diferencia de los estiramientos estáticos, que requieren mantener una posición durante varios segundos, el calentamiento dinámico se basa en movimientos activos, controlados y funcionales que imitan o preparan los gestos de la carrera. Esta metodología permite elevar progresivamente la temperatura corporal, mejorar la movilidad y activar los grupos musculares clave sin generar fatiga excesiva.
Entre los ejercicios más utilizados en un calentamiento dinámico se encuentran el skipping bajo, las zancadas con movilidad de brazos, los talones al glúteo, las rotaciones de cadera y las elevaciones de rodilla. La clave está en realizar cada ejercicio durante un tiempo específico —entre 30 y 60 segundos— y enfocarse en la calidad del movimiento más que en la velocidad. No se trata de agotar el cuerpo antes de correr, sino de prepararlo con una activación inteligente.
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Este tipo de calentamiento también cumple una función neuromuscular importante. Activar el sistema nervioso central mediante ejercicios coordinados mejora la conexión entre el cerebro y los músculos, lo que se traduce en una mejor respuesta motora durante el entrenamiento. Esto es especialmente relevante en sesiones con cambios de ritmo o trabajos de técnica, donde la eficiencia del movimiento puede marcar la diferencia en el rendimiento.
El uso del calentamiento dinámico es una práctica respaldada por entrenadores y profesionales del deporte, especialmente en procesos de formación y planes de entrenamiento estructurados. Incluir esta fase como parte habitual del entrenamiento permite desarrollar mayor conciencia corporal, reducir el riesgo de lesiones y establecer una base sólida antes del trabajo principal.
Estiramientos previos en running: cuándo y cómo usarlos
El papel de los estiramientos previos en running ha sido reevaluado a la luz de nuevos estudios y recomendaciones. En la actualidad, se considera que los estiramientos estáticos prolongados antes de correr no son la mejor opción, ya que pueden reducir temporalmente la capacidad de contracción muscular y afectar el rendimiento en esfuerzos explosivos o prolongados. Sin embargo, esto no significa que deban eliminarse por completo, sino que deben ajustarse según el tipo de estiramiento, el momento en que se realizan y el tiempo que se mantienen.
Cuando se decide incluir estiramientos antes de correr, lo recomendable es que sean suaves, breves y específicos. Se puede trabajar sobre grupos musculares como cuádriceps, isquiotibiales, gemelos o flexores de cadera, manteniendo cada estiramiento entre 10 y 20 segundos. Estos ejercicios no deben generar dolor ni involucrar rebotes. Su objetivo es mejorar la movilidad sin comprometer la activación muscular necesaria para correr.
Una opción cada vez más utilizada son los estiramientos activos, que integran movimientos suaves con una ligera tensión muscular. Ejemplos de esto son las patadas frontales controladas, las rotaciones dinámicas de tronco y los desplazamientos laterales con apertura de cadera. Estos movimientos cumplen una doble función: preparan las articulaciones y los músculos, al tiempo que mantienen el cuerpo en movimiento alineándose con la lógica del calentamiento dinámico.
En espacios técnicos como los entrenamientos de la media maratón de Bogotá, los estiramientos se aplican de forma estratégica según la carga del día. Esta integración permite una preparación más completa y reduce el riesgo de lesiones asociadas a desbalances musculares o a la falta de movilidad. Incluir estiramientos con criterio, como parte de un protocolo completo de calentamiento, es una herramienta útil para corredores de todos los niveles.

Rutina previa a correr: estructura, duración y ejemplos
Una rutina previa a correr debe tener una secuencia clara que combine movilidad, activación muscular y preparación específica. Esta estructura se compone generalmente de tres fases: movilidad articular, ejercicios dinámicos funcionales y, opcionalmente, estiramientos activos. La duración total debe estar entre los 10 y 15 minutos, adaptándose al tipo de entrenamiento que se va a realizar y a las condiciones del entorno.
En la primera fase, se recomienda realizar movimientos articulares lentos y controlados como giros de tobillos, rodillas, caderas, hombros y cuello. Esto mejora la lubricación de las articulaciones y facilita la amplitud de movimiento necesaria para correr. La segunda fase incluye ejercicios como skipping, talones a glúteo, zancadas o desplazamientos frontales y laterales, los cuales activan los músculos principales del tren inferior y preparan el patrón de carrera.
Si la sesión es de alta intensidad o está enfocada en la velocidad, puede añadirse una tercera fase con ejercicios de progresión como aceleraciones cortas, multisaltos o pequeñas secuencias de técnica de carrera. Estos movimientos afinan la respuesta neuromuscular y facilitan la transición al entrenamiento específico. Por otro lado, en sesiones de rodaje suave o recuperación activa, puede bastar con una rutina más breve centrada en la movilidad general y en desplazamientos ligeros.
La rutina previa debe ser flexible, pero consistente. Es recomendable ajustar su duración y contenido si hay condiciones externas particulares como frío extremo o fatiga acumulada. Los corredores que participan en los entrenamientos organizados por la media maratón de Bogotá reciben acompañamiento para estructurar esta fase de manera personalizada, optimizando su impacto sobre la salud y el rendimiento.

Evitar lesiones al correr: por qué el calentamiento marca la diferencia
Una de las principales funciones del calentamiento es evitar las lesiones al correr. Iniciar una sesión con los músculos fríos o las articulaciones rígidas aumenta la probabilidad de sufrir sobrecargas, contracturas o incluso lesiones más graves como esguinces o desgarros. El calentamiento prepara los tejidos para soportar la carga física, incrementa la eficiencia biomecánica y mejora la adaptación del cuerpo al impacto repetido que implica la carrera.
Cuando el calentamiento se realiza correctamente mejora el rango articular, la elasticidad muscular y la estabilidad de las zonas propensas a lesión como rodillas, tobillos y zona lumbar. También incrementa la oxigenación de los músculos, lo que mejora su rendimiento y reduce la fatiga prematura. Esto es fundamental para quienes entrenan varias veces por semana o siguen planes de aumento progresivo de volumen e intensidad.
Además, la fase de calentamiento permite detectar a tiempo posibles molestias o señales de alerta del cuerpo. Una sensación inusual de rigidez, dolor o falta de coordinación durante esta fase puede ser un indicio para ajustar la carga o incluso evitar una sesión que podría agravar una condición incipiente. Esta capacidad de observación preventiva es clave para sostener el entrenamiento en el tiempo sin interrupciones causadas por lesiones.
En los entrenamientos organizados por la media maratón de Bogotá, el calentamiento se considera parte esencial del proceso formativo del corredor. Al incorporarlo con constancia y criterio, no solo se reduce el riesgo de lesiones, sino que también se mejora la disposición física y mental para cada sesión. Es un hábito que impacta positivamente tanto en la salud como en el desempeño.

Cierra bien cada sesión: entrena con estructura desde el primer minuto
El calentamiento no es un complemento opcional ni un trámite previo a la carrera. Es una fase esencial que condiciona el éxito del entrenamiento y la salud del corredor. Saber cómo calentar antes de correr implica conocer el tipo de estímulo que se va a realizar, las condiciones del entorno y las necesidades particulares del cuerpo en ese momento. Una rutina bien aplicada puede mejorar el rendimiento, reducir el riesgo de lesiones y favorecer la regularidad en el entrenamiento.
Incluir ejercicios de calentamiento dinámico, estiramientos activos cuando sea necesario y una estructura clara, permite preparar cada sesión desde una base sólida. Esto no implica invertir mucho tiempo, sino hacerlo de forma consciente y estratégica. El cuerpo responde mejor cuando se le ofrece una preparación progresiva, adaptada y coherente con el tipo de esfuerzo que se va a realizar.
Si estás entrenando para una competencia o simplemente deseas sostener tu práctica con criterio técnico, los entrenamientos de la media maratón de Bogotá son una opción efectiva. Estos espacios ofrecen acompañamiento profesional, planificación estructurada y formación continua sobre todos los aspectos del running, incluyendo el calentamiento como parte integral del proceso.
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